martes, 5 de julio de 2011

Significa suicidarte lentamente

Hace unos años empezó a fumar un chico de Zaragoza, supongo que por la tontería, como todo el mundo. Poco a poco dejó de ser por la tontería y ya era por pura monotonía y, más tarde, se convirtió en adicción. Necesitaba fumarse algún cigarro el fin de semana pero se podía controlar. Así estuvo un año, hasta que se empezaron a hacer cotidianos los de después de comer y después de cenar. Conforme iban pasando primaveras iba aumentando su dosis diaria, que es como se debería llamar, ya que llega a ser hasta necesaria, característico del tabaco.  Su madre, como toda madre, le decía que era malo, que dejase de fumar, que iba a tener problemas, iba a tener cáncer o algún problema similar. Él como forma de evasión respondía: me gusta fumar, ya lo dejaré cuando sea más mayor, tampoco fumo tanto. Además, ¿quién eres tú para decirme lo que tengo o lo que no tengo que hacer? Pues es la madre que ahora le acompaña en el hospital, la que llora al ver como se muere. Este chico tiene 26 años y el fumar le ha provocado cáncer de garganta y cáncer de maxilar inferior. Le han estirpado gran parte de la tráquea y del esófago y el maxilar inferior. Está desfigurado, no tiene barbilla, le falta un hueso en la cara y cuello. Tiene nutrición y respiración asistida. Morirá con 26 años.


Nunca digas ya dejaré de fumar, porque puede llegar a ser demasiado tarde. No todos los cánceres son de pulmón. Fumar significa suicidarte lentamente, mientras todos te ven.


No hay comentarios:

Publicar un comentario